martes, 9 de abril de 2019

LOS ALUXES

 Los Aluxes El folclore mexicano Maya




Son como duendecillos que pertenecían a ciertas creencias en los bosques de Cancún. Les cuento una historia:

Cierto hombre mexicano de raza maya, vive en una comunidad en el municipio del estado de Campeche, colindante al estado de Yucatán su nombre es Holpechen (pueblo de los 5 pozos) según la opinión popular.
Era un terreno que abarcaba unos montículos de ruinas tal vez ignoradas por muchos siglos. Caía la noche y con ella el silencio y la soledad. Se introdujo en una cueva de piedra y para bajar utilizo una soga atada a un palo grueso que estaba hincado en el piso de la cueva en la parte superior.
La comida que llevaba la repartió en varias raciones.
¿Qué hacía allí?,
Puede pensar cualquier persona. Trataba de cerciorarse de lo que decían que habían visto miles de ojos hechizados quizás por el miedo y la fantasía. Trataba de ver a esos seres fantásticos que según la leyenda habitaban en los (montículos de ruinas, y piedra con argamasas).
Eran unos duendecillos malévolos que deambulan por los bosques y que suelen penetrar en las casas de los campesinos por las noches, cuando los hombres se entregan al sueño, es el momento en que estas criaturas salen al mundo exterior.
Los “Aluxes” como los llaman los mayas, dicen que brotan a la luz de la luna. Pocas personas los pueden ver, porque son ágiles, ligeros y traviesos.
Su vida es un continuo jugar. Les gusta chapotear en las aguas, siempre están sonrientes y con ganas de desconcertar a los humanos.
Si por casualidad se encuentran con la gente empiezan a molestar con sus travesuras, tiran piedras y esconden pequeños objetos.
Con sus risas descontrola la serenidad y si se asustan, son capaces de armar una algarabía sensacional.
Estos seres de la noche, y el bosque era lo que buscaba aquel buen señor dentro de aquella cueva de piedra del Yucatán
Un campesino maya le contó a un antropólogo, lo que es un aluxe:
Le dijo es como un niño anda con alpargatas y sombrero, tiene también escopeta y perro. Y este último es muy pequeño.
Existe la creencia dentro de los mayas que los aluxes no son otra cosa que, los antiguos ídolos de barro esparcidos por los lugares hoy arqueológicos de las construcciones mayas de los bosques, que de tiempo en tiempo cobran vida para llevar al cabo sus trastadas.
Los hombres que informaron a otro antropólogo, Robert Redfield, aseguran que antiguamente eran los propios hombres quienes devolvían a los aluxes a la vida mediante hechizos hechos en las mismas figuras de barro que los representaban.
Entre sus travesuras están: sacudir las camas de los que duermen para despertarlos y lanzar piedras y maltratar a los perros. Provocan fuertes calenturas y vómitos en las personas con sólo pasarles la mano suavemente por la cara. Sólo se compadecen de quienes les regalan comida o les hacen ofrendas.
En compensación, los protegen, y cuidan sus casas y sus tierras. A quienes atrapen robando los frutos de los huertos ajenos le propinarán una paliza y por último, acaban pegando en los cabo,los frutos arrancados por el ladrón.
Los aluxes nunca duermen o si lo hacen, mantienen los ojos muy abiertos haciendo creer a los humanos que están muy despiertos.
En ocasiones, cuando un hombre va por el monte, y suele oír disparos del aluxe y los ladridos de su perro. Esto les indica que está de casería. Los animales que mata son de "puro aire".Que desaparecen como ellos y su perro.Los humanos lo mejor que hacen es desaparecer para no encontrarse con ellos.
Los antiguos mayas para revivirlos lo lograban con el “copal” (una resina casi incolora y sin olor ni sabor) lo queman en uno de los mismos aluxes de barro durante nueve días y nueve noches, sin conciliar el sueño. Agradecidos, los aluxes guardaban las propiedades de sus bienhechores y los defendían de las fieras de la noche. Sin embargo, los actuales campesinos procuran destruir estos ídolos para evitar la ocurrencia de supuestas manipulaciones de brujería.
"Por las noches, cuanto todos duermen, ellos dejan sus escondites y recorren los campos; son seres de estatura baja, muy niños, pequeños, pequeñitos, que suben, bajan, tiran piedras, hacen maldades, se roban el fuego y molestan con sus pisadas y juegos.
Cuando el humano despierta y trata de salir, ellos se alejan, unas veces por parejas, otras en tropel. Pero cuando el fuego es vivo y chispea, ellos forman una rueda y bailan en su derredor. Solo un pequeño ruido les hace huir y esconderse, para salir luego y alborotar más. No son seres malos. Si se les trata bien, corresponden y ayudan.


¿Qué beneficio hacen o dan a los humanos?

Alejan los malos vientos y persiguen las plagas. Si se les trata mal, ellos tratan mal, pues por las noches roban la semilla que se esparce de día, o bailan sobre las matas que comienzan a salir para secarlas. Pero nosotros dice el hombre que bajo a la cueva, les queremos bien y les regalamos con comida y cigarrillos.
Otras teorías afirman que los aluxes desaparecieron para siempre cuando les cayó un rayo mientras se bañaban en la lluvia.
Apenas si podíamos ver las enormes cuevas abovedadas decía aquel hombre, las piedras gigantescas y los oscuros pasadizos, cuando por fin desembarqué en una bóveda agujereada que dejaba pasar la luz y ¡ahí estaban!, fue solo por un instante, suficiente para tomarles una fotografía única, después a gran velocidad desapareció, pero nosotros por fin o tal vez sea la única vez que los veamos en sus habitas naturales.
Lo mas curioso en mi experiencia fue, qué a las 17 hs. en el bosque del museo antropológico de Cancun frente a minas del rey, faltando minutos para el temprano cierre del parque me aconsejaban salir del bosque . y al consultarlo con los serenos del lugar me decían es solo por los Aluxes pero no pasa nada señor... cerramos antes. quédese tranquilo ...


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